martes, julio 28, 2009

Esperando esperanza




Antaño y ahora se sabe de personas que sin dilatar los bríos combatieron por preservar sus ideales, sus sueños, sus deseos y vertieron sangre por ello.

Eran hombres y mujeres cuyos nombres siguen vigentes en la historia, la memoria y el corazón del tiempo. Personajes como Martin Luther King, Ghandi, Valentina Tereshkova o Marie Curie que dieron un salto espacial para fundar el principio de algo grande para toda la humanidad:

La esperanza.

"La esperanza es el sentimiento de optimismo sobre el futuro fundado en la fe o en la creencia firme de que un suceso puede ocurrir." dice Wikipedia.

Entonces éstos “héroes” del mundo moderno tenían –y de sobra- esperanza, ¿No creen? No claudicaron ante las críticas de la gente, tuvieron claro lo qué querían alcanzar y lo hicieron. ¿Qué nos enseña esto? Es lo que voy a redargüir en seguida.

Primero posiblemente nadie piense, o muy pocos lo hagan la verdad, o tal vez ni siquiera conozcan a algunos de los nombres que yo mencioné arriba. No sepan de sus obras, tal vez sólo conozcan de los hechos de Teresa de Calcuta o Charles Darwin. Quiero decir, que en la actualidad la vida es tan agitada, todo va tan rápido que no nos da tiempo de pensar, no nos da chance de tomarnos un rato y relajarnos. Tantas cosas que seducen al sano juicio a derivarse a la locura nos está matando todos los días. De estrés, de gastritis, de problemas del corazón…

Y todo eso ¿Por qué? Creo yo que es porque no tenemos fe. No tenemos esperanza. Lo único que hacemos es esperar y esperar… cosa muy distinta a tener esperanza. La fe es la convicción de lo que no se ve dice La Biblia, es esperar lo inesperado. No se trata solo de sentarnos en el corredor de la casa a mirar hacia la calle esperando que empiecen a caer del cielo respuestas, soluciones.

No hay nada más grato en este mundo, ni regalo más preciado que a una persona que lo ha perdido todo, o que ha perdido algo por lo que tanto luchó llegue alguien y lo haga sentir esperanzado. Porque cuando uno pierde la fe en el futuro, en el mundo, en Dios… No queda nada más por lo que vivir.

Y si yo que perdí a mi pareja, mi gata, mi guitarra con la que aprendí a tocar, mi trabajo y técnicamente la vida que solía tener también perdiera la esperanza de que en unos años, meses o ¿Quién sabe? Tal vez días! Voy a conocer una mujer que supere todas mis expectativas, que sea un millón de veces mejor que mi ex novia, voy a tener otra gata mucho que amaré aún más y podré comprarme todas las guitarras del mundo porque conseguiré un mejor empleo, ¿Qué me quedaría? Imagínense!

La esperanza es como esa fuerza, como ese motor que nos empuja a no dejarnos caer, a no darnos por vencidos ni aún vencidos. Es la chispa motivadora que mantiene encendido el fuego en nuestro interior (qué cursi eso sonó como a Pablo Cohelo jajaja)

Por eso si hemos de aprender algo que sea primero a tener fe, no podemos superar ninguna prueba si no tenemos primero a Dios en nuestra vida y fe, esperanza en que Él nos ayudará a librar la dura batalla de la vida.

Salud compañeros!

jueves, julio 16, 2009

Pensando...




Otrora en algunas culturas como la egipcia se creía que el ser humano al morir renacía con el mismo cuerpo al ser despertado por los dioses. Esta fue una de las razones por las que los antiguos faraones eran momificados y puestos en sepulcros con sumo cuidado.

En flagrante sabemos que tanto vivos como muertos serán juzgados en cuerpo y presencia física delante de Dios, es decir, que habrá una resurrección para el día del juicio final según el dogma cristiano.

Tomando en cuenta todo esto pienso en cómo la cultura y la sociedad ha ido erigiendo ese modelo de vida que todos pretenden tener. Todos quieren ser felices, tener lujos, encontrar el amor…

Atempero ustedes se han preguntado ¿Cuál es la verdadera razón para estar aquí? ¿Es quizá para conocer a la “media naranja”? ¿Tiene algo que ver con concluir una carrera y ser profesionales en la vida? ¿Hacer mucho dinero y vivir plácidamente? ¿Cuáles son realmente sus metas en la vida?

Y sigo pensando…

Es dable que muy pocas personas sepan ciertamente su auténtica vocación en el mundo, el por qué están aquí, su razón de ser en el universo y yerren por años tratando de encontrar respuestas. Y claro nadie nace con un manual bajo el brazo, eso es lo bonito que todo hay que irlo aprendiendo gradualmente.

No obstante la mayor parte del tiempo uno no se detiene en las vitrinas a cavilar sobre los pasos que vamos dando en la avenida, acaso en los precios del mercado, las tasas de interés, la inflación anual…?

Y no dejo de pensar…

¿Qué es lo que entonces quiere Dios para nosotros? Si la suma de nuestras decisiones se basa juiciosamente en nuestro beneficio personal y el de unos pocos, ¿No parece eso un tanto narciso? ¿Cuál es el modelo que nos enseñó Jesús entonces? Si el pobre hombre andaba con unos trapos feos y unos huaraches duros, no tenía casa y andaba a pie por todo el desierto.

¿Hemos desviado acaso la vista de las cosas que verdaderamente hacen la diferencia no solo en nuestra vida sino en la de los demás? ¿Sabemos de cierto perdonar a los que nos ofenden? La Biblia dice claramente que hay que mantenerse lejos de los impíos, los corruptos y los malhechores. Pero al mismo tiempo me percato de que si los que creemos en Dios nos alejamos de los pecadores porque queremos llegar a ser buenos ante los ojos de Él, ¿Qué estamos haciendo?

Ya he pensado demasiado…

“Ámense los unos a los otros como yo los he amado” enseñó Jesús en la última cena, y si todos somos hijos del mismo Padre, ¿Por qué al drogadicto lo hacemos a un lado? ¿Por qué nos apartamos de las personas que no aprobamos en lugar de tratar de ayudarlos a ver la Luz de Cristo?

¿Estamos todos contribuyendo a que el mundo sea ese lugar maravilloso que Dios nos regaló para vivir? ¿O somos de los que se hacen a la vista gorda y pensamos que con orar todas las noches por los pecadores basta? ¿Somos de los que observan desde adentro a los que están afuera y los punteamos como si no tuviéramos la misma naturaleza impenitente?

Y aún así todos queremos ser felices… Haciendo lo que consideramos mejor para nosotros. Por eso es lamentable cuando personas como Diana de Gales se van de este mundo. Yo lloré a pesar de que era apenas un chico de corta edad porque era la única “princesa” que prefería estar en África ayudando niños con desnutrición que en su alcázar tomando el té “real” con gente viviendo vidas irreales.

Si hoy nos tocara morir, ¿Estaríamos preparados para el viaje? Es decir, las personas que amamos ¿Sabrían que las amamos y las personas que odiamos sabrían que las hemos perdonado? De todos nosotros ¿Cuántos podemos decir que moriríamos en paz? ¿Sin miedo a morir?

Le toca a ud pensar…

lunes, julio 06, 2009

cada día...


Es un día más, otro rato en la estación del bus esperando... Mirando el cielo ennegrecido y triste queriendo llover en la ciudad.

Es un momento tuyo en mi cabeza, en esta boca que aprendió a decir "te amo" sin decirlo. Otra forma de encontrar color en la oscuridad de mis manos. Y aquella luz que disparada fundía el polvoriento acetato de mis ojos, solo existía cuando veía amanecer tu iris apenas visible por las pupilas dilatadas del silencio.

Apuesto a que no sabías que todos los días me acuerdo de tu sonrisa boba cuando me decías que eras un "apricot pequeñito" y yo reía bobamente igual que vos.

Siempre es un día más, un rato menos empacando todo para el viaje sin regreso. Y créeme que aunque este corazón se haya vuelto más roca, sedimento y ruina con el pasar de los años ahí dentro, cuando la piedra se haya roto en dos brillará fulgoroso el diamante que pusiste en el.

Dios me está llamando hace tanto... Y mis oídos se quieren hacer sordos porque siento que no estoy listo para dejar todo esto todavía. Pero si el día de mañana Dios decide que ha llegado mi hora, estoy seguro que mis últimas palabras no serían para vos. Porque no quiero que llegue ese día, como cada día, y seguir creyendo que jamás volveré a escucharte llamarme como solías hacerlo antes.

Cada día es un paso hacia adelante. Es una frente en alto y un vaivén de nimiedades que se hacen grandes cuando en las noches es otra la que despierta a mi lado.

Cada día es un rato más de mí en tu cabeza, seduciendo la extraña idea de que soy solo el fantasma de alguien que jamás creyó en el amor. Como la parodia del pobre homeless que se acostumbra al suelo frío y sin sentido, a las sobras de pan en la basura y los cartones malolientes que contra la lluvia del invierno no son buen refugio.

Dicen que el hogar está donde está tu corazón, y si mi corazón no está aquí, ni tampoco está allá, dónde está? Jaja... Siempre ha estado aquí solo que nunca creí que me lo habían robado antes.

Cada día siento que muero un poco más. Y cada vez que pienso en eso regreso un poquito más a la vida. Es difícil aceptar cuando las cosas mueren, es difícil... Pero Dios no deja nada a medias, por cada ser humano que muere en un día nacen miles y miles! Y yo espero que el día que yo ya no esté entre uds recuerden esas cosas bonitas y divertidas que alguna vez dije o hice. Espero que a todos aquellos que de alguna manera les hice daño comprendan que mis intensiones nunca fueron malas. Que ojalá me disculpen por todas las lágrimas y los malos ratos que cada día hice que tuvieran.

No es un adiós, no es una despedida, es algo en lo que pienso cada día... Porque de cierta manera cada día es un hasta luego. Cada día es un amanecer nuevamente. Cada día es un feliz no-cumpleaños...

La vida puede ser muy frágil... Como un péndulo que de la nada deja de marcar la hora. Y de esa forma es como los susurros del anochecer nos dicen que cada día oscurece a las 6... pero durante 12 horas de oscuridad podemos distinguir la belleza de las estrellas o la luna. Está en nosotros mirar hacia arriba.

Me acordé de Allie cuando en la madrugada del sábado pasado estuve recostado en la calle mirando el semáforo en verde con ella... Y me di cuenta de que yo jamás seré Noah mientras vos no querás volver a ser Allie.

La vida es como un cigarrillo... Y ahí va el bus... repleto de gente que solo se queda mirando mientras yo decido caminar bajo la lluvia que empieza a caer.

Por qué esperé en la estación del bus para al final decidir solo mirarlo pasar? La lluvia me invitó a sentirla.

Tal vez mi error fue creer que la respuesta estaba siempre en esperar el bus para no mojarme. A veces mojarse te hace valorar más la importancia de las estaciones de transporte.

Justo cuando estaba aprendiendo a besar el sonido de la puerta cerrándose fue un puñal en la garganta. Y me quedé sin palabras para volver a decir "te amo" otra vez.

Por eso cada día es una esperanza, una sonrisa desconocida. Cada día es un desearte lo mejor aunque no lo sepas, aunque no lo creas y aunque no lo diga.

Y que te recuperes pronto de tu operación. Gracias a Dios por ponerte a Mon'ami en el camino ya que sin él ninguno habría aprendido todo lo que estamos aprendiendo y vos tal vez no estarías aquí para leer esto.

Parcipollos.

Y salud para todos.

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