REPROCHE

Para mí es difícil señalar al hecho de que soy como soy que todas las mejores y peores cosas del mundo me estén pasando al mismo tiempo. No es mi culpa que el mundo me valga una mierda, no es mi culpa que la gente que me rodea no sea feliz y no es mi culpa cuando llueve.

Porque bien es cierto que si uno le pide a Dios, Buda, Alá o como putas se llame que le dé paciencia, valor, fuerzas y paz, ellos sólo se encargan de darnos la oportunidad de ser pacientes, valientes, fuertes o de tener paz. No existen los milagros.

Porque la gente te señala en la calle y la gente te señala en tu propia casa. Porque a fin de cuentas gente es gente, pedazos de carne y hueso graduados para matar. Instruídos en el arte de mentir, de robar, de romper corazones que merecen no ser rotos.

Sin embargo se siguen dando tumbos y cada vez vamos para atrás, regresando al no-raciocinio neandertal del que tanto nos costó salir.

De qué sirve tanta evolución si seguimos comportándonos como cavernícolas de la prehistoria?

Porque ahora amar es tener excusas para vivir cuando el que se siente vivo busca excusas para amar.

Y amar es una locura tan linda! Que todo aquel que se niega a disfrutarla está demente!

Porque no siempre lo más fácil es lo mejor y cuando es hora de tomar decisiones por y para nosotros mismos nos echamos para atrás.

Cuando el reloj marca la hora del placer -único e irrefutable- de ser egoístas y tomar al mundo en nuestras manos. De parar esta masacre emocional olvidándonos de que allá afuera hay una sociedad arpía que nos juzga cuando no somos como ellos.

Porque nunca es tarde, porque siempre es ahora.