jueves, febrero 02, 2012

¡Feliz Cumpleaños!

Nunca he sido muy fan de soplar la candela y pedir un deseo. No es que me parezca estúpido, o tonto, es solo que tanta jerga me parece innecesaria. A pesar de que me esforcé por no hacer caritas y poner sonrisa de maniquí, a ratos se dejaba entrever mis pocas ganas de celebrar.

Yo siempre he dicho que soy un quitado para esto de los días festivos, no porque sea un ogro sin corazón, sino porque tengo la impresión de que las personas no son genuinas en sus intenciones. ¿Eso está mal? Pues sí; está mal que yo no tenga fe en el ser humano.

Y como parte de mi expérimentation à domicile tuve la genial idea de ocultar en mi Facebook mi fecha de cumpleaños (con esto de las redes sociales ya no quedan amigos de verdad, reales) y comprobar así que verdaderamente nadie se acordó de que era mi cumpleaños. No hubo llamadas telefónicas, no hubo tarjetas virtuales de felicitación, no hubo desayuno en la cama (para evitar la misma sensación de que las personas tienen que comprometerse conmigo sólo porque cumplo años) ya que Cherry Pie muy dulcemente se ofreció a levantarse a las 5am para hacerme un desayuno de rey (yo le dije que siguiera durmiendo, no había necesidad de tal detalle aunque fue muy lindo de su parte)

Puede que el promedio de personas que odiamos el cumpleaños al rededor del mundo aumente cada año, por la inflación anual, la caída de la bolsa de valores o las tasas de interés. Lo que yo sé es que cada año me parece menos importante sentirme el centro del universo un 2 de febrero.

En el trabajo, no obstante, el management crew y la mayoría del staff fraguaron un plan para que todo el despilfarro de dinero en queques, globos y sombreritos se viera reflejado en un sonrisa sincera de mi parte. Yo sonreí. No de esas sonrisas con ironía que denuncian mi antojo desmedido por burlarme de la situación. Era una sonrisa de alegría.

Por eso este año mi cumpleaños fue diferente, porque la gente hizo la diferencia cuando yo quería que fuera igual que siempre. ¡Touché

No existen realidades paralelas así que todo lo que tengo es este momento, el momento en el que estoy viviendo ahora. ¿Que hago con el?

Estos son los pollitos de mi team, que organizaron toda una celebración para su jefe. Un detalle innecesario (pero lindo).


Aquí debidamente identificado como el cumpleañero...



El otro queque!



Mi cara de emoción lo dice todo.


Más fotos después. Por ahora lo que me queda por decir es: Feliz cumpleaños a mí, otra vez.

2 comentarios:

Ariana dijo...

¡Buena jugada! o como dicen por ahí... 'well played!'. Hermoso cumpleaños, qué envidia.
¿Cuándo vamos a La Sabana?... sospecho que es temporada de patos.

Kri§ dijo...

Su composición gramatical, fue perfecta. Es la primera vez después de mucho tiempo, que no veo a alguien escribir una oración sin errores. ¡Felicidades!

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