miércoles, noviembre 18, 2009

Aternox I


No hace falta que lo diga, pero lo diré: a pesar de que -inclusive- me había propuesto no pensar en las calles turbulentas y asesinas de tu cuerpo lo hice [...] Y tomando todo aquel peso en mi osamenta, giré mi vista y te miré. Querías un hombre, no un enfermo de vida [...] Y morí.

Yo creí que sería lo mismo.

Fue lo mismo, de hecho.

Un sabio filósofo chino ya lo había dicho alguna vez: "El que se fue no hace falta, hace falta el que vendrá." ¡Jueputa chino más sabio!

Es como mi necedad de usar verbos en pasado para expresar un sentimiento a futuro [...] ¡Bendita maña la mía de repetir todo como en cámara lenta en mi cabeza!

Pero ¡Ah! A otro con esos cuentitos, nena. Rico no es el que todo lo tiene sino al que no le falta nada. (Sería bueno que lo anotaras)

No me vayas a venir con tus venas -sangrantes- a la vista, recuerda que soy masoquista y me gusta verte sufrir.

Aunque debo admitir que estaba enamorado -locamente- de tus pasos de baile, cuando al mismo tiempo tenía más movimiento una película en pausa que yo. Cuando traías ese vestido de una sola pieza que caía, sensualmente, como una fiesta suramericana sobre tu cintura. Con esos cabellos desteñidos que caían ondulados como serpientes en tu espalda. Con esos ojos que eran como luciérnagas que danzan en la oscuridad cuando te miran y aquel, tu embrujo instantáneo de gitana.

Como carretera hacia el precipicio es tu aliento.

"La carne es fácil complacerla, el espíritu no", insiste este sabio filósofo chino en sus elucubraciones.

¿Volveremos a ver juntos el amanecer de nuestros corazones? ¿Volveremos a cabar tumbas en nuestra piel con las uñas? ¿Volverán a ser tus labios la fruta prohibida del árbol de mi edén? Ya no somos más un par de cuerpos que se revuelcan como elefantes en un charquito por un orgasmo.

¿Somos?

No hay que sentirse dignos de la insignificancia.

No somos.

Sin dolor no hay blues, dicen por ahí. Entonces seamos siempre libres. Y si vienes a celebrar esta noche, no me pienso negar. Por supuesto que me conoces.

En el arma solo queda una bala, mi amor, y esa bala o es tuya o es mía. ¿Quién va primero?

Sin nada que perder y tan perdido...

1 comentario:

..me dijo...

debería ud poner un link con la info del bendito filósofo chino, que me imagino que tendrá, por vara, un montón más de frases que parecen lógicas hasta que uno las lee... de esas que sirven en los tiempos de angustia e incertidumbre!...
me encantó el post.
en toas por unirse a la fábrica de arepas.
salu2.

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