jueves, abril 19, 2012

Amor al prójimo


"Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto."
 1 Juan 4:20

Es bien sabido ya que hay dos cosas que yo más odio del ser humano, que son las que ponen piedra de tropiezo en mi vida y le hacen fácil el trabajo a Teufel: Hipocresía e Injusticia. A veces se me hace tan difícil tratar bien a quienes no tratan bien a otros... ¿Cómo entonces se puede dar un buen ejemplo siendo uno mismo el que se la pasa señalando y juzgando a los demás?

“Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” 

Lucas 17:3-4

A veces pienso que no se trata de cambiar a las personas si ellas no quieren cambiar por sí mismas, sino más bien de reencontrarse con el verdadero ser, con el "yo" que nació siendo inocente, puro, amable... Y sí, las experiencias de la vida nos hacen perder muchas cosas en el camino que luego nos cuesta mucho recuperar. Y es por eso que nos volvemos egoístas, personas con depresión, problemas de autoestima, falta de auto control, etc, etc, etc.

El asunto para mí tiene que tratarse desde adentro hacia afuera. La gente no va a cambiar, el mundo va a seguir siendo cruel, negativo, injusto... Una solución a los trastornos existenciales podría ser el ayudar a los pacientes a enteder por qué cuestionan tanto la existencialidad misma. ¡Sólo existimos y ya! Problema resuelto, ahora enfoquémonos en hacer algo productivo con esa vida. 

Y cuando me refiero a algo productivo no estoy hablando de tener un buen carro, una buena pareja o una casa grande. Cuando hablo de hacer que nuestra vida valga de algo me estoy refiriendo a metas personales. Lo material con una buena plata se consigue fácil, pero lo espiritual no hay oro ni mil tesoros que lo reemplacen. Uno podría ir manejando un carro del año, lujoso, full extras y vivir amargado por los problemas, así como otro podría ir a pie por el mundo, con los pies gastados de andar pero siendo capaz de enfrentarse a TODO, o a casi todo, con una buena actitud. La vida nos enseña de maneras distintas el camino del amor (del amor propio y del amor hacia los demás).

Por eso yo pienso: ¿Por qué quedarnos callados ante el pecado, ante lo malo si lo que se manda es a hacer el bien, a amarnos los unos a los otros? ¿Por qué queremos hacerlo de otro modo? Porque las voces del mundo nos dicen, sin embargo, que "cada quien es libre de hacer lo que quiera".



1:10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar,
No consientas.
1:11 Si dijeren: Ven con nosotros;
Pongamos asechanzas para derramar sangre,
Acechemos sin motivo al inocente; 

1:12 Los tragaremos vivos como el Seol,
Y enteros, como los que caen en un abismo;
1:13 Hallaremos riquezas de toda clase,
Llenaremos nuestras casas de despojos;
1:14 Echa tu suerte entre nosotros;
Tengamos todos una bolsa,

1:15 Hijo mío, no andes en camino con ellos.
Aparta tu pie de sus veredas,
1:16 Porque sus pies corren hacia el mal,
Y van presurosos a derramar sangre.
1:17 Porque en vano se tenderá la red
Ante los ojos de toda ave;
 
1:18 Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas,
Y a sus almas tienden lazo.
1:19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia,
La cual quita la vida de sus poseedores.
1:20 La sabiduría clama en las calles,
Alza su voz en las plazas;
 
1:21 Clama en los principales lugares de reunión;
En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.
1:22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza,
Y los burladores desearán el burlar,
Y los insensatos aborrecerán la ciencia?
 
1:23 Volveos a mi reprensión;
He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,
Y os haré saber mis palabras.
1:24 Por cuanto llamé, y no quisisteis oír,
Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese,
1:25 Sino que desechasteis todo consejo mío
Y mi reprensión no quisisteis,
 
1:26 También yo me reiré en vuestra calamidad,
Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;
1:27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis,
Y vuestra calamidad llegare como un torbellino;
Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.
 
1:28 Entonces me llamarán, y no responderé;
Me buscarán de mañana, y no me hallarán.
1:29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría,
Y no escogieron el temor de Jehová,
1:30 Ni quisieron mi consejo,
Y menospreciaron toda reprensión mía,
 
1:31 Comerán del fruto de su camino,
Y serán hastiados de sus propios consejos.
1:32 Porque el desvío de los ignorantes los matará,
Y la prosperidad de los necios los echará a perder;
1:33 Mas el que me oyere, habitará confiadamente
Y vivirá tranquilo, sin temor del mal.

Proverbios 1:10-23
Imagen de Johann Heinrich Füssli

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Johnny dijo...

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