lunes, noviembre 08, 2010

Manifiesto premeditado


Yo podría sugerir -y hablando en primera persona para ejemplificar las consecuencias del egoísmo entre seres de la misma especie- que todo lo que está hecho, se deshaga. El propósito y el fin de semejante sugerencia sería, sin puntos a debatir sobre eso, que la sociedad humana está divida en dos mitades: una que sugiere y otra que es sugerida.

A veces pienso -volviendo a hablar en primera persona, solo que esta vez no para ejemplificar sino para poner en evidencia cómo el ego humano nos hace suponer, erróneamente, que de vez en cuando tenemos que ser el centro de atención o más aún el eje del universo.

Oscar Wilde diría: "La risa no es un mal comienzo para la amistad. Y está lejos de ser un mal final." Pero yo diría -hablando por una última vez en primera persona solo para consternar el carácter de algunos lectores- que cuando una persona no se ríe, cuando se supone debería reír, es debido a que tiene tanto miedo de ser rechazada por la sociedad, que prefiere esconderse dentro de la careta de un ser pensante simple, común y corriente.

El hombre común y corriente, a menudo suele imaginar que sus probabilidades de supervivencia no son limitadas, cuando en realidad esta vida es como andar sobre la cuerda floja, solo que en la realidad nunca miramos hacia abajo, la altura de lo que decidimos.

Yo supondría -no sea que caigamos de nuevo en el mismo engaño- que las clases minoritarias se rebelaran contra los estados y sean los obreros, el pequeño gran trabajador, quien se encargue de derrumbar la Gran Muralla China de todas nuestras inseguridades.

¿Sería posible? -como primera y última pregunta del Manifiesto Premeditado- No sé si sería posible. Cambiar la corriente giratoria de energías que se surfean, enloquecen cuando chocan entre sí en medio de dos polos magnéticos totalmente opuestos pero que se atraen entre sí. No creo que se pueda...

Ya lo dijo Jaime Balmes: "Ciertos hombres tienen el talento de ver mucho en todo. Pero les cabe la desgracia de ver todo lo que no hay, y nada de lo que hay." Por lo que se entiende y se resalta la necesidad misma del ser humano a formar grupos, grandes o pequeños, para no sentirse apartado de las ondas de energía que fluyen a través del aire como invisibles proyectiles kamikaze.

Sin la compañía el hombre desprecia y discrimina la soledad como templo fluorescente de tambores resonantes, y decide inconscientemente que quiere agruparse para no sufrir las consecuencias de una mala decisión que lo haría finalmente libre.

Siempre seremos la raza que hereda maldad de una generación a otra. Aún queda una esperanza y usted tiene que decirme cuál es.


1 comentario:

Anónimo dijo...

porq? porq usted no puede decirnos cual es?

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