Me la he pasado pensando.
Y es como si de pronto estuvieran volviendo a mí todas esas cosas que se habían quedado en el camino, cosas que fueron en su momento importantes, influyentes de alguna manera y que por razones incomprensibles algunas no siguieron siendo parte del andar.
Hoy es como si fuera desvelando recuerdo tras recuerdo y lo trajera de vuelta al vagón del tiempo. Es como si yo quisiera volver a seducir a la ilógica turbulencia que presagia la soledad.
Me la he pasado pensando en algunas calles que aún no he definido todavía. Que aún no tienen nombre ni direcciones para llegar -o para regresar- a ellas.
A veces la memoria va creando esa inefable monarquía silenciosa llamada olvido.
Y hoy he vuelto a sentir aquel peso atrapado entre los huesos. Es como si ese animal voraz y letárgico hubiera olvidado de repente que una vez fue domesticado. Como si ya no pudiera recordar que late, late y late en lugar de rugir vilmente.
Será por eso que esta noche - madrugada no caya y también decidió rugir ferozmente entre las ramas de los árboles? Arrojándose sobre los techos con furia como si estuviera clamando por un poquito de amor?
Es el frío, supongo.
O es acaso que ella, sin saber quien soy o de donde vengo me abraza con el pensamiento mientras peina los enredos de su corazón?
Me hubiera gustado resistir pero he pecado de nuevo.
La he vuelto a matar soñando.
Y cuanto más afanosa se vuelve la búsqueda por el mundo de la felicidad más carente de sentido se hace la realidad.
Y es como si de pronto estuvieran volviendo a mí todas esas cosas que se habían quedado en el camino, cosas que fueron en su momento importantes, influyentes de alguna manera y que por razones incomprensibles algunas no siguieron siendo parte del andar.
Hoy es como si fuera desvelando recuerdo tras recuerdo y lo trajera de vuelta al vagón del tiempo. Es como si yo quisiera volver a seducir a la ilógica turbulencia que presagia la soledad.
Me la he pasado pensando en algunas calles que aún no he definido todavía. Que aún no tienen nombre ni direcciones para llegar -o para regresar- a ellas.
A veces la memoria va creando esa inefable monarquía silenciosa llamada olvido.
Y hoy he vuelto a sentir aquel peso atrapado entre los huesos. Es como si ese animal voraz y letárgico hubiera olvidado de repente que una vez fue domesticado. Como si ya no pudiera recordar que late, late y late en lugar de rugir vilmente.
Será por eso que esta noche - madrugada no caya y también decidió rugir ferozmente entre las ramas de los árboles? Arrojándose sobre los techos con furia como si estuviera clamando por un poquito de amor?
Es el frío, supongo.
O es acaso que ella, sin saber quien soy o de donde vengo me abraza con el pensamiento mientras peina los enredos de su corazón?
Me hubiera gustado resistir pero he pecado de nuevo.
La he vuelto a matar soñando.
Y cuanto más afanosa se vuelve la búsqueda por el mundo de la felicidad más carente de sentido se hace la realidad.
O como diría el señor Ernesto Sabato:
"Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza, ansía el conocimiento de los hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Para al final comprender que el fantasma que se perseguía era uno mismo"
2 comentarios:
qué interesante es leerte. Te agradezco por tu visita y comentario. La posición de pelea, sabés, creo que va permeada de muchas y diferentes cosas. Miedo, defensiva, ganas, amor. Tanta mezcla... Emocionante, no?
Un saludo.
Por supuesto es más que emocionante, desafiante! Un saludo para vos también!
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