jueves, diciembre 15, 2005

FOREVER



Sitting by the window
Staring out into the night
Waiting up for the light of day
And the sound of silence
The faintly flaring candle light
Parting has got me
Around to go insane

Alone I try to while away my time
Seconds turn to ages
As I close my eyes and wait
Sometimes I wonder
What's the reason why
We long for someone to embrace
And say hello to say goodbye

Carry on - and I will forever
Longing drives bad memories away
And still carry on and I will forever
Cause when I see you smile
I dare to believe again

Is there anybody out there
To keep on looking for
If you don't know then lie to me
Blue eyed for a letdown
If this is what it takes
To maybe see the light
I'll dare to shed another tear

Oh I Know
The blows cold tonight
But anyhow I gotta go
Tell me girl where are you now

Carry on an I will forever...

I tried to build a wall
And let nobody in
To be on my own
Without love and without pain
Without pain
I don't know why
But everywhere
I look into your face
Into your face
I am caught and I relapse again

Carry on, it's forever
Longing drives and memories away

Carry on and I will forever...

GESTALT


El núcleo de la Psicología Gestalt gira en torno a la siguiente afirmación:

"La percepción humana no es la suma de los datos sensoriales, sino que pasa por un proceso de reestructuración que configura a partir de esa información una forma, una gestalt, que se destruye cuando se intenta analizar, y esta experiencia es el problema central de la psicología".

La Gestalt implica un retorno a la percepción ingenua, a la experiencia inmediata, no viciada por el aprendizaje. Nos lleva a comprobar que ahí no percibimos conjuntos de elementos, sino unidades de sentido estructuradas. Formas. El todo es más que la suma de sus partes. La conciencia abarca mucho más que el ámbito de la conducta.

Un retorno a la perfección tal que, mediante las experiencias vividas, no así aprendidas en el largo trascurso de la madurez, cada parte de nosotros es un individuo por sí solo, elementos separados que no por formar parte de un total conforman dicho total a cavalidad.

Y esto para qué? Se podría decir entonces que la conciencia se adquiere o es algo innato? Cuando somos pequeños no tenemos conciencia de qué es malo y qué es bueno, de ahí que hagamos tantas travesuras.

Cuando amamos tenemos entonces conciencia de lo que esto conlleva? De lo que querer implica? O solo es un elemento más de nosotros como seres humanos, individuos racionales?

Pero el amor no es racional, el amor no es lógico, no tiene una proyección estándar para basarse, creo que el amor es un acto inconsciente, desmedido y fructuoso que nos lleva, momento a momento del suelo a lo más alto de la imaginación y de la conciencia, incoscientemente.
Saber distinguir cuándo se quiere de cuándo se ama, que implica? Qué relación estrecha los lazos entre estas dos cosas? La convivencia por ejemplo acerca a los individuos al conocimiento mutuo de sí mismos, llenando así parte importante del vación que todos tenemos dentro.
Las relaciones afectivas están mediadas por el sentimiento de congeniabilidad, compatibilidad y algunas piscas de soledad. Esto qué significa? Quiere decir que amar es algo más que interesarse por uno mismo, es preocuparse por el otro al punto de sentir que la vida sin esa persona sería monótona y circular.
La Gestalt propone una proximidad de los elementos entre sí... Aquí nuestra percepción, de forma espontánea y sin sugestión, ve las líneas en grupos de dos. Esta es una tendencia muy fuerte, lo cual se manifiesta cuando tratamos de formar grupos distintos con estas líneas. Puede formarse un solo par con dos líneas alejadas. Aunque resulta difícil ver el campo, en su totalidad, estructurado en pares de líneas alejados.
Se necesitan de dos puntos cercanos para percibir sin sugestión las manifestaciones de la incosciencia? Eso queda de tarea. :)

martes, diciembre 13, 2005

A VECES NO HACEN FALTA ALAS...

Tiempo


Curioso como en muchas partes del mundo hace unas horas ya fue hoy, que aquí para nosotros apenas comienza a ser.

Curioso como el ser humano se impuso horarios, para dormir, para comer, para trabajar, para vivir. Sería más fácil si no existieran los relojes? Ni los calendarios? Desde las antiguas civilizaciones hasta la actual el tiempo era importante, saber las horas, los días, estar regidos por los minutos y los segundos.

Es tan importante saber el tiempo que pasa? Por qué? Acaso el tiempo determina la calidad de vida? Por supuesto que no.

Hoy es siempre y nunca es mañana. El mañana no existe como tal, es solo un presente adelantado.

La vida diaria sería un caos sin el tiempo, sin relojes ni calendarios... No habría hora de entrada al trabajo u hora de salida de la Universidad. Ni cumpleaños, ni días festivos. Sería como vivir el ahora porque el después no existiría.

Sin embargo hay quienes dicen que el tiempo es oro, que no se puede desperdiciar porque vale mucho.

Lo único cierto es que el tiempo no se recupera una vez que se nos va, no vuelve. Y a dónde se va?

Es curioso como el cuerpo humano tiene su propio reloj interno. Siempre en punto para la vida.

Y a veces saber la hora es tan necesario...

Algunos no creemos que las cosas sean cuestión de tiempo, sino cuestión de actitud.

Pero bueno, ya perdí tiempo escribiendo esto, que no voy a recuperar.

Buenos días.

lunes, diciembre 12, 2005

Cuando no puedo soñar


A veces, cuando no puedo soñar como ahora, me pongo a pensar en qué estarán soñando los demás...
Es vacilón imaginarse que, unos por un lado pueden estar soñando con su amor platónico, otros con su amor real, otros con elefantes rosados malavaristas...
Yo cuando no puedo soñar, imagino lo que me gustaría soñar cuando me duerma, he soñado mil cosas, sin embargo en este momento y a esta hora (1:57 a.m.) me gustaría cuando me duerma soñar con un abrazo, soñar con un beso que sea capaz de despertar hasta el más profundo de los sueños.
No puedo dormir (cosa muy normal en mí) y no quiero tocar guitarra, me siento muy cansado para leer (estoy a punto de comenzar a leer "La isla de los hombres solos") tampoco quiero escuchar música. Así que aquí estoy escribiendo, otra de las mil cosas que me apasionan en la vida.
Me gustaría estar, ser como el viento, viajero y peregrino, ya lo dije atrás, para poder llegar, justo ahora que debe estar dormida volando hasta su ventana, entrar, susurrarle al oído que la quiero, acariciar su pelo suavemente y quedarme dormido repitiendo su nombre mientras la lleno de mis besos. Bastante cursi pero así soy yo, un romántico empedernido sin remedio.
De todos modos no quiero tener remedio, estoy orgulloso y feliz de ser como soy.
A veces cuando no puedo soñar todo parece ir en cámara lenta, como que el tiempo corre más lento, y los recuerdos flotan más despacio.
Es como cruzar la calle cuando la luz está amarilla.
A veces pienso que dormir es perder el tiempo. Y que si por mí fuera no dormiría, pero el cuerpo no aguanta tanto. 52 horas sin dormir y sin comer fue suficiente una vez para darme cuenta de eso.
Lo que me pone a pensar las múltiples loqueras que he hecho en mi vida, como esa por ejemplo, hacer dibujos con mi sangre, tratar de morir, jugar a ser alguien, tener sentido común, tratar de ser una persona cuerda...
Probablemente solo yo entienda lo que escribo. Probablemente solo quiero creer que soy inentendible o quizá puedo ser lo que yo quiera.
Cuando no puedo soñar soy intrancigente, necio, impaciente. Suelo tener episodios de ansiedad, de brutalidad emocional o cosas así. En realidad lo de brutal es por la falta de sensatez, que puedo tornarme extremista (más) cuando de mi felicidad se trata.
A veces cuando no puedo soñar me doy el lujo de sentir con la cabeza y pensar con el corazón, cosa que en términos citadinos no es ningún lujo pero qué importa, yo siempre ando como si estuviera en la montaña, abrigándome para que la tristeza no me dé frío.
Cuando no puedo soñar siempre termino escribiendo cosas como esta, sin sentido, ilógicas y hasta cierto punto congruentes, innecesarias y poco interesantes.
También me vuelvo más sarcástico de lo que ya soy, que viene siendo como la reencarnación del mismísimo demonio hecho palabra, a modo de que sufra un poquito antes de que me lo lleve a las entrañas de mi mente a que estemos un ratito en cofradía.
En fin, hago muchas cosas cuando no puedo soñar y esta... Es una de ellas.
Buenos días.

domingo, diciembre 11, 2005

Carencias...


Algunas veces me pregunto por que de muchas cosas y siempre al final termino diciendome lo mismo. Que importa por que si de todos modos igual me pasan.

A veces no valoramos lo que tenemos cuando lo tenemos, a veces pedimos mas de lo que nosotros mismos estariamos dispuestos a dar. A veces solo quisieramos desaparecer, ser nada y sentir que en verdad somos para los demas importantes, especiales y que hemos tocado sus vidas de alguna manera, que hemos dejado una huella en ellos.

Hace un rato pensando en cosas y personas, llegue a la conclusion (otra vez) de que tengo muchas carencias en este momento, que no estoy completo y no me siento totalemente pleno a falta de ellas.

Por eso hice una lista, tal vez alguna persona tenga de sobra y quiera compartir un poco.

-Me falta mas confianza en mi mismo y eso a su vez provoca que desconfie de cierta manera de algunas personas.

-Tengo carencia de abrazos, muchos abrazos ojala que si se pudieran quedar estancados en mi piel mejor!

-Carezco de "amistades", en realidad son muy pocas las personas con las que comparto lo que soy.

-Carezco de sonrisas, gestos hipocritas y demas cosas.

-Carezco de ganas de despertar, de abrir los ojos y ver la realidad, cruda y fria que me rodea.

-Carezco de malos modos, de resentimientos y de canciones que hablen de amor.

-Carezco de egoismo, de codicia y de atencion, porque uno nunca tiene lo que quiere en el momento justo en que lo quiere.

-Carezco de derrotas, de traiciones y besos, porque soy el unico capaz de derrotarme, traicionarme y matar por un beso.

-En este momento carezco de presencia, de "holas" y de amor, y que hace uno cuando carece de todo eso? Que se hace cuando se quiere y no se puede tener?

-Carezco de palabras para llorar, de silencios agradables y poemas para pensar.

-Carezco de voz, de la voz y de vos, admitiendo que sin ella el mundo es una habitación vacía...

-Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, pero tambien es cierto que uno no sabe lo que se ha estado perdiendo hasta que lo encuentra.

Buenas Tardes.

viernes, diciembre 09, 2005



Si las sonrisas fueran alas, ayúdame a volar, tan alto, tan lejos como un corazón enamorado puede viajar.

Si los besos fueran cadenas, hazme prisionero de tu boca, tan tuyo, tan eterno como el viento.

Si las miradas fueran péndulos, escribe con carbón en mi pensamiento que cruzamos océanos de tiempo.

Si el amor fuera mortal, asesina los lamentos, porque poco es tanto cuando poco necesitas.

Si la muerte fuera amor, entonces moriré por amar y amaré hasta la muerte.

jueves, diciembre 08, 2005

Ciencia pura, existencia perpetua



Somos ciencia, cuando conocemos los postulados de la vida y las hipótesis sobre el amor, sin embargo cualquier amor que sea hipótesis es inexistente. Existe cuando los postulados se hacen prácticos y prácticamente nada es hipotético. Pero todo es algo cuando nada más existe.

La ciencia, por ejemplo, niega la fe como prueba de la existencia, dando lugar a lo existente como prueba y no al revés. Y para muestra de lo cierto, inventa teorías patéticas sobre lo patético y trata de demostrar que lo existente no existe.

La ciencia habla de materia, de átomos formando universos y universos formando más materia. Materia que sólo existe consecuentemente por la acción de la energía, energía que hipotéticamente siempre ha existido, sin teorías ni postulados.

La existencia, por su lado, no requiere métodos existentes para probar que existe, ni postulados absurdos ni hipótesis o teorías, porque la teoría es definición, la teoría es existencia pura y no perpetua, la teoría te dice qué de cada práctica y no practica lo que existe en el interior de las cosas.

La existencia es perpetua cuando siempre existe, cuando de solo soñar se hace materia, crea energía y teóricamente no existe. Prácticamente es pura pero en realidad existe infinitamente, como el amor, que no sería ciencia sino existencia, porque la ciencia define, definir es limitar y el amor no tiene límites.

Por eso concluyo que somos existencia perpetua, porque existimos hasta en lo más recóndito de la memoria, que no es materia ni átomo pero existe, igual que el corazón, aquel que guarda el amor que científicamente no tiene cura, aquel que no es definición pero que define quiénes somos, de dónde venimos y hacia donde vamos, siempre

Si la soledad no fuera un derecho, como esos decretos sin sentido que hay por montones en la constitución, la felicidad sería una ley. "Prohibido llorar" seguramente diría al entrar en algún lugar público, y sonreír siempre sería el arma más letal contra la incertidumbre.

Si la muerte no fuera tan amiga de Dios, seguramente ya se hubiera muerto mucha gente a la que hace rato le toca, seguramente la tristeza no sería vertical y el luto se volvería fiesta, sin embargo, si la muerte no fuera tan amiga de Dios, el momento, la intensidad del ahora sería como una piedra amarga, insipiente, carente…

Si el tiempo no fuera constante, seguramente nada sería cuestión de suerte sino más bien cuestión de esfuerzo. Seguramente no habría mañana, ni ayer, ni adioses o hasta luego. Sería como vivir ya, porque no habría otro instante mejor que el presente.

Si los besos no fueran cuchillos largos, seguramente podría hundir la lengua en lo más hondo de la pena. Seguramente la sangre sería como el agua y los besos, los besos serían como esos cuchillos largos que duran para siempre.

Por eso establezco, que la soledad es un derecho, que la muerte sea siempre amiga de Dios, que el tiempo sea constante y que los besos, todos nuestros besos se conviertan en el arma más letal contra la ausencia.


Y un día, hasta cierto punto, los paseos por el parque de la mano de aquel ángel eran más divertidos que ir a la luna en bote. Pero solo hasta cierto punto.

Unas cuántas lágrimas después, uno se va dando cuenta de que algunas cosas no son tan perfectas como parecen. Como cuando de niños soñábamos metidos dentro de una caja a ser el rey del mundo, gobernando en un castillo volador sobre el mar.

Sin embargo al pasar los años aquellas fantasías de infancia se van para dar paso a los hechos: no reinamos en ningún castillo volador sobre el mar, pero posiblemente vivamos dentro de una caja, encerrados con miedo de salir a enfrentar el mundo. Como el guerrero que en realidad deberíamos ser.

Quizá, y sin saberlo todavía, aquella estrella que concedía deseos se haya apagado, a lo mejor se mudó de galaxia para evitar las insistentes súplicas de hacerlo feliz a uno. Quien sabe, puede ser.

Y todo esto para qué? No hay necesidad de cambiar, aunque a veces sea necesario. Para bien, eso sí. O al menos eso me han contado, que los cambios son para bien. A veces no hay que hacer caso de todo lo que uno escucha por ahí, puede ser verdad a como puede ser mentira, pero entonces, cómo hace uno?

Y si de confianza se trata, nadie mejor para el puesto que la propia sombra, siempre con sus juegos al azar, siempre con sus melancolías bien frescas, tan frescas como la tarde que fue hace algunos años.

Por eso digo que hasta cierto punto, los helados de chocolate, derramados en el suelo, son más divertidos que comer ansias o estar enamorado. Pero solo hasta cierto punto.

No crean, no siempre es azul el cielo y no siempre las melancolías son tan frescas.

Quien sabe, podría ser, al rato.

A veces el frío es como una niña que no tiene con quien jugar por las mañanas. Y a veces es mejor así.

Es como cuando uno tiene una de esas conversaciones sin sentido, donde se dicen muchas cosas en silencio, donde un abrazo es como pan para los pobres.

Tal vez es solo la necesidad, tosca e insoportable de lo ajeno, por caprichos de la vida o ilogismos propios.

Y si no logramos tomar el tren sin retorno del tiempo, o nos quedamos a mitad del bosque justo antes de que anochezca, podríamos regresar a casa algún día? Podríamos, sí, pero cómo saber cuál de todas las migajas seguir? A fin de cuentas hay que tomar el riesgo, no? De eso se trata todo, de riesgos y de migajas olvidadas por ahí.

Podemos correr hacia lo eterno de brazos abiertos queriendo despegar del suelo la nostalgia, y llegar hasta lo inimaginable volando. Por más lejos que eso esté, cuando uno quiere siempre puede.

Y ni qué decir de los poemas, las canciones y los días festivos, que de vez en cuando hacen de una común tarde de lluvia algo inesperado, llena de sonrisas que duelen y lágrimas que envenenan aún más el momento. Eso, sin duda alguna, no tiene precio.

Y a veces cuesta más ver lo medio vacío del vaso que lo medio lleno. Tal vez es solo por caprichos de la vida, que la necesidad tosca e insoportable se vuelve ilógica.
Aunque a veces, muy pocas veces es mejor así.


Mientras conserves pura la ternura, el alma, el corazón
Y sigas bajando uno a uno los peldaños de mi voz
Mientras permanezca silente la noche, los suspiros y yo
Guardaré entre mis brazos el tiempo, los susurros, a vos…

miércoles, diciembre 07, 2005


Límites imprecisos y bordes gráficos

Considerar que las situaciones, los cuerpos de conocimientos, las relaciones afectivas, los estados de ánimo, las emociones, los ambientes, etc., no tienen límite, es tan falso como hacer lo contrario. Independientemente de la postura que se tome, se podrá llegar a la determinación de que cualquier punto de vista contaría con los argumentos suficientes para sobreponerse a otro, pero el problema no comienza ni termina ahí. Si tratásemos de encontrar el límite entre el amor y el odio (muy aparte de darnos cuenta que así como podemos amar a una persona también la podemos odiar, incluso al mismo tiempo), llegado el punto sería imposible afirmar dónde comienza uno y dónde termina otro.

Un conjunto, por ejemplo, representado gráficamente, termina en sus bordes (piense el lector en una ruedita sobre una hoja de papel). Pero no sólo eso sino que se define por dos condiciones de lugar: el afuera y el adentro, aunque no tenga puertas, ventanas o balcones. Todos los elementos que le pertenecen están dentro. Lo que no, queda fuera del conjunto.

Falsamente se supone que llegar al borde del conjunto es llegar al límite. Si el conjunto A está compuesto por todos los números entero positivos, los que no sean enteros ni positivos, no podrán quedar allí dentro. Sin embargo, a uno le faltaría paciencia, vida y pulso para enumerar todos y cada uno de los elementos de cada conjunto y, en ese sentido, aunque los conjuntos tengan bordes, son ilimitados. Carecen de un límite preciso acerca del cual se pueda afirmar que ahí terminan. Por ello, su delimitación se manifiesta como un sobrentendido, como algo que dice y no dice al mismo tiempo.

Las relaciones amorosas tienen un límite, en tanto que no duran toda la vida, pero éste no es preciso porque no se puede anunciar con letreros: ``aquí terminó el romance con X y principia con Y'' (aquí el lector puede pensar en dos de sus grandes amores, si es que los tuvo). Sin embargo, cuando alguna de las partes implicadas en un romance anuncia: ``se acabó'', en ese momento, en ese preciso instante, le puso fin a la relación y, por ende, le puso un límite simbólico, aunque siga queriendo o amando a la persona con la cual terminó. De ahí que sea difícil determinar con quién se casará uno porque las relaciones amorosas, al igual que las gelatinas, unas cuajan y otras no. Es posible entonces que uno siga enamorado de la persona con la cual terminó hace cinco años porque acabó con la relación, pero no con ese sentimiento que estaba ahí dentro.

Ya que el límite siempre es simbólico, es convencionalmente imaginario y, en tanto que sólo puede ser narrado, está hecho de lenguaje. El borde es la representación gráfica de eso que se narra. Por ello, los bordes de las relaciones amorosas, a diferencia de los pertenecientes a los conjuntos numéricos, están más o menos dados por fechas de inicio y terminación, y se cuentan por días, meses e incluso años, de donde viene la necesidad de fijar fechas de reinicio que más o menos están representadas por los días de aniversario. Hay de aquel que olvide la fecha de su casamiento o comienzo del noviazgo porque puede ser motivo de ruptura, sobre todo cuando siempre se le olvida.

En sentido estricto, los conjuntos carecen de límites porque no terminan en su representación gráfica, pero tampoco comienzan en el centro. Los bordes son conjuntos de puntos, los límites, conjuntos de momentos que definen situaciones fronterizas hechas de palabras. Son líneas hechas de bordes o, dicho pedantemente: borderlines. Mientras un borde se ve, los límites sólo se sienten, son invisibles. Contienen ambientes particulares que definen situaciones. El borde las delimita y les da forma y figura, pero no contenido.

Tenemos, pues, que la intensidad con la que se amó una persona no puede estar determinada jamás por las fechas de comienzo y terminación de un romance. Mientras el borde sólo puede trazarse (ya sea en el papel o en el calendario o en donde se le dé la gana pensar a uno), el límite nunca puede establecerse con precisión. El borde del presente texto está dado por las frases iniciales y terminales, pero el límite del mismo no puede establecerse con precisión, sobre todo si no se entendió.

martes, diciembre 06, 2005


No sé cuándo, cómo o por qué el tiempo se deshizo de las horas de aquel día que terminó cuando yo apenas estaba comenzando.

No sé cuándo, cómo o por qué la voz se transformó en pedacitos de ternura, abrazos en silencio, en besos de cristal. Cuándo, cómo o por qué los abismos se llenaron de luz.

No sé cuándo, cómo o por qué las sonrisas hacían de la nostalgia una sombra larga, pausada y simple, tan simple como sumergirse en lo más eterno de la niebla para no regresar jamás.

No sé cuándo, cómo o por qué una palabra, un momento, dejó de ser espacios en el tiempo, cuando una confesión inconclusa convierte la tristeza en aves miniatura.

No sé cuándo, cómo o por qué las trivialidades se vuelven fundamentales, escarbando entre lo infinito en busca de alguna orilla para estar, de alguna miniatura para volar.

No sé cuándo, cómo o por qué el tiempo, la voz y las sonrisas me llevaron a lo fugaz, lo mágico a estar, sometiendo lo ilógico a callar, cuando aquel día estaba terminando y yo estaba por comenzar...

Ojala supiera, ojala pudiera ser como el aire, inherente y viajero, peregrino del tiempo, para poder llegar, solo por siempre hasta ti, solo por toda la vida hasta lo más profundo de tus labios.

Ojala pudiera ser como el silencio, compañero y errante, así de hondo y eterno, para poder bajar, lágrima a lágrima hasta ti, y susurrar en cada oscuridad, en cada suspiro tu nombre.

Ojala pudiera ser como el tiempo, infinito y flotante, siniestro y menguante, para poder montar, sin luto, sin temor, sobre el lomo calcinante de las tinieblas, y cabalgar así, vehemente, hasta el filo de tus brazos.

Ojala pudiera ser, simiente y constante, omnisciente y sedante, para poder así quedarme, permanecer, lágrima a lágrima, susurro a susurro, solo por siempre, suspirando tu nombre más profundo que cualquier beso, hasta el mortal filo de tus brazos.

Solo por siempre...

No sabía cuando desperté si levantarme o seguir distraído. De haberme levantado seguramente tendría la mente en muchas cosas, y si seguía distraído mi corazón estaría en una sola. Probablemente no pensaría con claridad así que me di la oportunidad de tener paz, por lo menos unos minutos más.

Y no importa lo que ellos dicen, si más importa lo que siento y todos los momentos buenos que deseo tener. Es como un especial de medianoche o un maratón de sonrisas y llanto.

Y esas son cosas que uno no debería perderse por nada. Después de todo no siempre van a estar ahí.

No sabía cuando me enamoré si darlo todo o quedarme con algo. De haber guardado algo seguramente en este momento podría al menos devolverlo, pero cuando uno lo da todo al final no le queda nada más que guardar unas cuántas lágrimas secas, cartas con aroma a nunca jamás y uno que otro suspiro atorado en las redes del pasado, que si fuera tan lejano como debiera sersería mejor.

Nunca me gustó dejar que la suerte decidiera mi destino, destino que después de todo nunca existió mas que en la memoria de algunos pájaros, quienes desafortunadamente todavía andan por ahí, sobrevolando todo lo que no tiene alas, todo lo que ya no puede soñar.

Ya estoy cansado de decir que no siempre lo más fácil es lo mejor y que lo mejor es comenzar siempre por lo más fácil, o eso le oía decir a mi abuela.No importa quien tiene la razón si de todos modos ya no triunfan los que ganan, sino también los que luchan. Eso cuenta también, no?

Pero ya dejándome de sarcasmos, en lo que sí estoy de acuerdo es en amar, cuando uno ama de verdad, con locura. Porque el amor todo lo cura y lo que no cura lo transforma en mariposas de papel o en cenizas, dulces cenizas.

Así que pensándolo bien preferí levantarme que quedarme distraído. Corría el riesgo de sentirme desolado, incompleto, por más que mi corazón se quedara callado, mi cabeza siempre le da inmensos giros a la realidad.

Mejor así, o mejor no. Dejemos que la suerte decida esta vez…


Érase una vez, hace ya muchas lágrimas, un peregrino. Vivía soñando y soñaba despierto, justo cuando a los días solamente les quedaban pequeños suspiros de luz para morir.
Y una tarde, de aquellas tardes que deslizan agujas de sorpresa en las esquinas, se dio cuenta de lo que sentía. Asintió con la cabeza y se dejó caer al pasto. Para finalmente decir: “hube amado”.
Y el amor, para aquel peregrino, qué era? Qué significado tenía para él el amor? Después de todo, “amar sin ser amado, qué sentido tiene?” Pensaba. Era acaso lo mismo que cabalgar en unicornios azules, sobre algún arco iris de papel? O tal vez como asesinar dragones lanza llamas, como quien mata la pena de un golpe al corazón?
Quizá él tenía razón. Tal vez era mejor vivir soñando y soñar despierto. Talvez era mejor haber amado alguna vez que nunca haberlo hecho. Después de todo, no tiene sentido amar sin ser amado.
Sería como degollar a la nostalgia, para sufrir menos o para sufrir mejor. Hace ya muchas lágrimas, que érase una vez, un peregrino…

Hace tiempo, cuando el amor se regalaba, las flores eran como hadas chiquitas, tan chiquitas que cabían en una sonrisa y la vida podía ser mejor cada día.

Hace ya tanto tiempo que un ocaso siempre significaba una promesa de amor eterno y la luna llena era un recuerdo para nunca olvidar lo eterno del amor…

Hace tiempo cuando los sueños viajaban en canastas y todas las mañanas algún pajarillo se posaba sobre la pena a cantar.

Hace tiempo, cuando los besos eran alas para el alma, las fantasías eran como tramos largos de la imaginación o estrellas fugaces en la oscuridad.

Hace mucho tiempo, lo admito, que debí aprender a soñar así, a dejar que la tristeza saliera del vacío a jugar.

Cuando el amor se regalaba y los abrazos eran obstáculos en el tiempo, la vida era mejor cada día y lo eterno del amor era amar eternamente...

Toma tiempo acostumbrarse al silencio, a la oscuridad, al frío y a la soledad, a todo lo que viaja en el viento, en la sangre, en la memoria.

No es fácil divagar, suspirar largo y tendido a las sombras, al corazón y a todo lo que calla a la razón, al odio y al amor.

A veces cuesta más tener esperanza que esperar, que escribir a todo lo que sufre, siente, vive y lucha, anhela y busca paz en un mundo de guerra.

Toma tiempo acostumbrarse a lo cruel, a lo extraño, a todo lo que se vuelve vano y no en vano es cruel, a todo lo que es amar en miniaturas o morir como los grandes, porque al fin y al cabo qué es mejor: vivir con honor o morir con gloria?

No es fácil olvidar lo que hiere, lo que inventa el dolor por diversión, todo aquello que convierte a lo sagrado en mundano, a las fieras entristezas domésticas.

A veces cuesta más abrir los ojos que andar a ciegas, tomar la mano de aquel que te gusta, sonreír sin motivo y soñar despiertos.

Cuesta más que decir “te quiero” y querer borrar las marcas en la arena o dejar que se las llevela marea.

Toma tiempo acostumbrarse al silencio, a lo que hiere, lo que sufre, a los recuerdos, lo que ama y al corazón...

Y si nada de esto es verdad, si todo es un suspirar tendido y largo en el silencio, qué más da? Prefiero entonces seguir soñando, para qué despertar?

Cuando el pasado es tan solo un lejano país, y los recuerdos son poetas mancos, qué más da? Prefiero ser eterno en la memoria, infinito y gloria, para qué soñar?

Si de todas las palabras jamás dichas, se esculpe el más grande de los abrazos, el más inolvidable de los besos, qué más da? Prefiero vivir amandoque odiar.

Aunque nada de esto sea verdad, aunque todo sea un suspirar tendido y largoen el tiempo, qué más da… Prefiero entonces seguir soñando, para qué despertar?

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